Barrio de Santa Anita
Este barrio se localiza en la zona nor-poniente de la Zona de Monumentos del Centro Histórico. El corazón del barrio se conforma por la Parroquia en culto a Santa Ana y el parque frente a esta.
Es por la “Cartilla vieja de la nobilísima ciudad de Puebla”, de Pedro López de Villaseñor, que sabemos que en 1537 el ayuntamiento “mercedó” un solar y medio a Hernando de Torres para la construcción de una capilla dedicada a Santa Ana cerca del templo de San Francisco, aunque en 1550 dicha capilla estaba cayéndose, por lo que se acordó que se pasara fuera de la traza de la ciudad, “junto a las huertas y el camino que va a Tlaxcala”.
En el caso del barrio, este se menciona como de Santa Ana a partir de 1584.
En el siglo XVIII, el historiador Mariano Fernández de Echeverría y Veytia refiere que “la iglesia era muy oscura y húmeda”, debido al suelo de tierra como el del antiguo Barrio de San Pablo de las Naturales, cuyo templo se localiza en la actual avenida 18 poniente entre las calles 9 y norte.
En 1849, el plano de Ordoñez se refiere al barrio como Santa Ana de los Naturales. En 1898, se incendió el templo, carbonizándose las imágenes de San Joaquín y del Señor de la Salud, ésta última remplazada un año después y de fuerte devoción hasta nuestros días.
Barrio del Refugio
También en la zona norponiente de la Zona de Monumentos del Centro Histórico, colinandando al poniente con el Barrio de Santa Anita y al Oriente con el de San Antonio el Barrio del Refugio se destaca por ser el único barrio con 2 espacios públicos de gran tamaño, uno de ellos conforma el corazón de este barrio, el Parque El Reugio junto con la Parroquia de Nuestra señora del Refugio. Y su otro espacio público es el Parque Ángela Peralta, en honor a la cantante de ópera.
En el libro de “Las calles de Puebla” de Hugo Leicht, se menciona que en 1746 un vecino del antiguo barrio de la Calera (San Antonio) que vivía en la actual calle 5 norte, pintó una efigie de la Virgen del Refugio “que veneró en su casita”, convirtiéndose un tiempo en capilla. La gran devoción hizo que ese mismo año, el padre jesuita Miguel de Ortega construyera una capilla en la acera oriente de la misma calle 5 norte, casi frente al actual templo, edificio que sobrevivió, con otros usos, hasta 1924. El actual templo comenzó a construirse en 1747 y se menciona a partir de 1758 como “Santuario de Nuestra Señora del Refugio”.
En el caso de la plazuela frente al templo hoy parque El Refugio) esta se menciona desde 1787, conocida como Plazuela del Refugio, también tuvo como nombre oficial en 1832 el de Plazuela de La Victoria.
En 1824, en el predio que linda junto a la casa del capellán y forma esquina, existieron una tienda y un mesón.
Durante el siglo XIX, un elemento característico del barrio fueron las caleras (hornos o pozos donde se elabora la cal). En la acera oriental, frente al templo, hasta la primera mitad del siglo XX existían dos: la de la Providencia (antes El Refugio) y la de Santa Elena, que tuvieron como dueños, de manera consecutiva, a Joaquina Soto y sus descendientes (siglo XIX), y de 1873 a 1908 a la familia O’Farril.
Barrio San Antonio
A fines del siglo XVI al norte de la actual Plazuela de San Antonio, 24 oriente entre calles 5 de Mayo y 3 norte, había una capilla dedicada a Santa Bárbara -patrona contra las tempestades y los incendios, y de la artillería- construida por los vecinos del barrio con motivo de la caida de un rayo que destruyo una cruz de piedra que había en el sitio. La ermita fue otorgado por el obispo Diego Romano (1578-1606) a los franciscanos descalzos del convento de San Diego en México, quienes establecieron un monasterio. Aunque la primera piedra para la construcción del nuevo templo se colocó en 1591, ya en 1587 habitaban en la antigua ermita cuatro frailes. En el libro 2do. de los Censos (1590-1600) aparece como “El Monasterio de los Descalzos de San Francisco”. Uno de los primeros novicios fue San Felipe de Jesús, primer martir mexicano de la iglesia católica.
Aunque la iglesia y el convento estaban dedicados originalmente a Santa Bárbara, se les conoce por el nombre de San Antonio de Padua, por una capilla construida a principios del siglo XVII para el entierro de los religiosos.
Según el plano de la ciudad de Puebla elaborado por Joseph Marianus Medina en 1754, al oriente del convento había una huerta de hortalizas y algunos árboles frutales, además de una capilla. En 1849, la hortaliza de San Antonio se volvió un panteón.